CAPÍTULO 1
Sé como se hace
esto. Vi a mi madre millones de veces hacerlo. Primero sin duda la faja. La
faja es un objeto que no puede faltar en la vestimenta. Aprieta, modela y da
elegancia. Pero lo difícil que es ponérsela, por favor. Ahora la transpiración
y el forcejeo me cansaron, que agobiante la hermosura. Tendría que bañarme otra
vez. No hay chance, me queda poco tiempo.
Lo segundo son las
medias finas. A veeeeerrrr…. Aaa la bolsita tiene unas instrucciones muy
claras. Con razón mamá nunca se equivocaba. Primero
siéntese en una posición cómoda. Después sostenga la media con las dos manos,
tenga cuidado de no dañarla con las uñas. Inserte la punta acomodando bien el
pie. Deslice la media por la pierna hasta la altura de la rodilla. Repita los
pasos anteriores en la otra pierna. Luego párese y termine de colocar las
medias. El calce es per – fec – to. Pero las instrucciones in – en – ten –
di – bles. Ah, ah pero acá tiene unos dibujitos al lado. Ya esta, ya comprendí.
Bien, según los dibujos esto es más o menos… ¡así! Y ahora… para este lado y
después me paro y ahí está.
Perdé cuidado preciosura, cada vez hay que
hacerlo como si fuera la primera vez. Así todo sale perfecto, con el empeño del
primer día y la experiencia de todos los restantes. Qué será mejor, una falda a
la rodilla, tal vez una larga o una mini pollera de lycra. Para empezar creo
que voy a elegir la pollera a la rodilla. Verde, azul pero roja no. El rojo no
tiene buen significado entre la gente de bien. Esta azul marino está bien.
Despacio para no dañar las medias, despacio para no arruinar la perfecta
postura de la faja. Eso es, sos mejor de lo que pensabas. Gracias, gracias. Una
camisa entallada es la elección correcta. Todas esas horas frente al televisor
viendo programas de moda al fin están dando sus frutos. El éxito está
asegurado. Blusa, negra perfecta.
Si hay algo que no
puede faltar, es un buen peinado, todas las revistas lo decían. Rulos en las
puntas para dar un toque de movimiento informal, pero a la vez que den seña de
arreglo personal y dedicación. Qué orgullo me hago sentir. A pesar de los años,
no pierdo el toque. Lo último es el maquillaje. Me queda media hora. Media
preciosa y valiosa hora en la que tengo que dejar mi cara como si fuera la de
una niña de quince años. Base neutra, corrector de ojeras, base compacta número
treinta y dos. Un efecto humo para los ojos. Rubor en las mejillas, delineador
para parpado inferior y superior. Mi fuerte es la boca así que le voy a dar un
color durazno, lo mejor para el verano.
Ya son las cinco de
la tarde, en media hora tengo que estar ahí.
Claudia estás segura
de que esta persona que va a venir es la indicada. Sí, estoy segura, porque la
conozco desde hace mucho tiempo, por lo menos siete años. Es conocida del club
y de casas de otras amigas. Después nos hicimos muy amigas y nos vemos con
frecuencia. Llamó porque necesita el empleo. César, mi vida, no tenés de que
preocuparte. Todo va a estar bien.
Claudia, no soy un
niño, no me podés conformar con dulces y algunas tonterías lindas. No me
quieras convencer. Esto es serio.
Ya sé que es serio.
Por eso te recomendé a quien te recomendé. Son apenas algunos días, la casa y
los chicos va a estar bien.
¿Ves? Ahí es donde
no coincidimos, nunca jamás de los jamases los dejé solos y esto es demasiado
para mí.
Relajate, te hago
unos masajes. Tenés el cuello contracturado. Pero te paso los dedos por acá,
después en la base. Llego hasta la cintura. Mmm, basta porque se me va la
seriedad de oficina al carajo y… te empiezo a tocar… por este lado. No, no,
pero para eso me tengo que sentar así. Eso es. A la boca también la tenés
tensa, un beso despacito.
Claudia, las piernas
abiertas, sentada sobre las piernas de César, suave de atrás hacia delante y
otra vez hacia atrás. César, los ojos entre abiertos comenzando a mostrar las
primeras señales de perdición. Los menudos dedos de Claudia corren por todos
lados, las manos de César han elegido la cintura, un poco hacia arriba los
senos. Sin desvestirse, sin despeinarse. Un fuego que crece desde el vientre, inunda las bocas. Vómitos de lava
hirviente en la más fría oficina. César empuja, arriba, un poco abajo, arriba,
con fuerza bestial pero controlada. Los jadeos contenidos presionan y se
convierten en labios mordidos, jadeos silenciosos son respiración entrecortada,
suspensión de la respiración y ojos desorbitados de placer. Llegando, en
minutos, como animales. Empujar, más. Empujar, más. Empujar, más. Los cuerpos
uno contra otro dándose el último aliento. El grito contenido.
Hay Claudia, tenías
razón. Estaba muy tenso. Dame un beso más, te meto la lengua así bien adentro
en esa boca solo mía. Si vos crees que esta persona es la correcta no hay
problemas, lo será. Le voy a tomar una entrevista con preguntas básicas para
saber quién es y listo. Esta semana se queda a prueba y la semana que viene la
dejamos y nos vamos a nuestras merecidas vacaciones.
Ves, lindo. Qué
harías sin mí. Perdido en tantas preocupaciones banales. Ahora me voy a ver que
pasa adelante. Un beso más. Te paso la lengua por los labios, despacio. Apenas
llegue, la hago pasar.
Pedro, quedaste
preciosa. Bueno, ¡basta de Pedro! El analista te dijo bien claro que para que
los demás te reconozcan como lo que querés ser primero tenés que reconocerte
vos. Aunque nueve años de terapia todavía no pueden ayudarme a decidir un
nombre adecuado. Ya tengo uno, no podría cambiarlo, todos me conocen. Soy
Giovanna. Soy Giovanna. Soy Giovanna. Soy Giovanna. El colectivo pasa en diez
minutos, espero que el fato de Claudia me dé el trabajo. Este colectivo me deja
en Brigadier Serrano y Álvarez Tomas y de ahí camino diez cuadras hasta Avenida
San Lorenzo al 541 y ya estoy en las oficinas. Ahora a soportar un rato a todos
estos desgraciados muertos de hambre que viajan en colectivo, pronto no más.
Pronto gas para el auto y a dejar esta fosa. Pero mira esos dos como se besan,
pero qué espectáculo. Eso atenta contra las buenas costumbres. Ahí al lado va
una mamá con un nene. No sabe como taparle la cara. Ah, pero ella bien que mira
la muy zorra. Menos mal que yo soy una dama decente, me faltaría un auto para
no viajar en este asinadero de mala muerte. Menos mal que soy una dama decente…
¡ahí está Pedro! Lo venís incorporando de diez, si no lo analizas demasiado ya
pensás igual que tus amigas del té canasta de los sábados. Esta es mi parada,
abandono este antro de perdición mundana. Ojalá que todos puedan hacerlo algún
día, al fin, podríamos hacer un grupo de autoayuda.
Tacos chinos,
siempre una cómoda decisión cuando hay que caminar. Mamita, mamita, vos que te
enojaste cuando te robé los tacos modelo Luís XV para jugar al fondo en el
gallinero. Mira que bien que me viene ahora, que bien que camino. Pero si esas
modelitos de morondanga son un yuyo al lado mío. San… Lo – reeen – zoo aalll
541, ya estoy. 500, 510, 515 , … , 541. Timbre. ¿Se encuentra el señor César
Brigman?¿De parte de quien? Tengo una cita, soy Giovanna Grieco. ¡Ah! Sí, la
señora Claudia me dice que la haga pasar. Bien, gracias.
GENIAL CELE!!! CUANDO SALE LA SEGUNDA???
ResponderEliminarNico!! Todos los sábados a la mañana aparecerá un capítulo nuevo!!
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